La Resurrección de Jesús está llena de pequeños detalles que nos indican el camino de la felicidad. Concretamente, y en el pasaje en el que se le aparece a María Magdalena, podemos observar:
- El llanto es importante, expresa un sentimiento muy legítimo, pero no puede ser la meta de nuestras emociones. Son muchas veces en las que echamos de menos situaciones o personas que ya no están con nosotros. Lamentarnos de situaciones irreversible nos frenan en la vida y nos impiden crecer y vivir plenamente.
- Hay un momento en el que María intenta tocar o agarrar a Jesús Resucitado y éste no se deja. Tocar y agarrar son por una parte esa búsqueda de seguridad que todos sentimos y por otra parte el querer controlar otras personas o realidades. Resucitar es vivir, y vivir es libertad. sumergidos en el apego o en el ansia del control no somos libres, nos hacemos dependientes de estas situaciones.
- La vida no está en encerrarnos en nuestros sentimientos sino más bien en salir al encuentro del de los demás, de ahí el envío de Jesús a dejar el llanto, el control o apego hacia él y a buscar al resto.
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