Uno de los pasajes de la vida de Jesús que más me ha llamado la atención es cuando la gente comienza a alejarse de Él. Pedro parece preocuparse y Jesús le da la libertad para irse a lo que Pedro responde quedándose pues Jesús tiene Palabras de Vida Eterna.
Me llama la atención porque no es un mensaje autoritario, que obliga bajo la pena del miedo o del castigo. Es un mensaje, el de Jesús, que invita desde la libertad y desde el reconocimiento de unos valores que se predican desde la misma vida.
Es fácil imponer y amedrentar a los demás. Podemos no convencer pero sí engañar a los demás a través de mil y una artimañas para que sigan nuestros pasos o nuestros valores, pero solo la libertad que dejemos a los demás para escoger el camino que deseen es lo que hará fiable los valores que tratemos de infundar a los demás-
Ha habido momentos en mi vida en los que he podido vivir estas situaciones en las que aprovechando el cargo, la situación o la potestad que podía tener hacía posible que muchos entraran en el camino que yo proponía. Pero dejaba una gran sensación de vacío pues muchas veces me daba cuenta de que lo que convencía no era el mensaje en sí sino el cargo que yo podía ostentar.
Cuando valoras aquello en lo que crees te das cuenta que el mejor camino es el de la libertad, un camino en el que lo que uno sigue es por el fiel convencimiento de que lo sigue porque aporta calidad de vida a la misma vida y a su persona como tal.
Cuando se obliga o se coacciona te das cuenta de que al final la vida pone a todos y a todo en su sitio y que los valores se viven o se dejan cuando existe la libertad para escoger un camino u otro. Y cuando lo haces desde la libertad te sientes satisfecho, satisfecho de ser libre y de escoger en plena libertad lo que consideras importante para tu propia vida.
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