Tenemos una rara costumbre de culpar a nuestro pasado, a la educación recibida o bien a nuestras capacidades físicas de muchos de nuestros males y de las cosas que no podemos lograr en la vida. Instalarse en el mundo de la queja y de la disculpa nos resulta realmente fácil y nos ayuda a justificar los logros que no somos capaces de alcanzar.
Es cierto que todos somos parte de una herencia. Hemos sido educados de una forma concreta, con unos valores específicos y a lo largo de nuestra vida hemos utilizado cantidad de actitudes para defendernos del mundo hostil que nos rodeaba, bien como niños,l adolescentes, jóvenes o adultos. Utilizábamos los recursos que encontrábamos dentro de nosotros mismos.
También es cierto que nuestro cuerpo es el que es y que con él creemos que podemos hacer todo lo que hacemos y que no damos más de sí.
Somos un componente tanto de la educación recibida como de la herencia biológica que tenemos dentro de nosotros mismos. Pero hay una parte de la ecuación que está incompleta. Si somos conscientes de todo lo que hemos recibido, tanto desde el punto de vista genético como desde el educacional o familiar, también tenemos que ser conscientes de que somos nosotros, HOY, los que tomamos decisiones nuevas cada día, y que no podemos excusarnos en el pasado para dar pasos nuevos de futuro.
Hay claros ejemplos, desde el punto de vista físico, como el de una madre sin brazos, Adriana, que no se esconde en su minusvalía para desarrollarse más como madre y y como persona. Todos conocemos el caso de Nick,otra persona con un gran índice de minusvalía que se ha superado a sí mismo y a su carga físico corporal para realizarse como persona y hacer lo que que posiblemente muy pocos de nosotros haríamos en su lugar. Otro tanto podríamos decir de Tony Melendez y otros tantos que dejan claro que no podemos claudicar por el pasado o por una herencia genética. Es el poder de las decisiones que tomamos ahora las que ayudan a centrarnos, no en lo que hemos recibido, sino en lo que queremos darnos a nosotros mismos y dar a los demás.
La vida no consiste es vivir simplemente con lo que tenemos, sino con lo que somos capaces de generar con aquello que hemos recibido de la vida y de los demás.Son nuestras decisiones las que libremente nos determinan.
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