Cuando alguien leía una frase publicada en Faceboo que decía: "Cuando seas consciente de que no todo se puede controlar...., entonces llegará la paz y la tranquilidad a tu vida", me respondía: "ahhhhh pues mira había leído que "todo se puede controlar" ese pensamiento positivista tan en moda.... sí, por supuesto, ahora lo pillé, no se puede controlar todo". La verdad es que si controláramos todo tendríamos un gran problema, y es que nosotros estaríamos bajo el control de otros, además de ser imposible el poder controlar todo.
Lo que si podemos controlar con relativa facilidad es la manera de cómo enfrentarnos a las situaciones incontrolables de la vida. Podemos controlar nuestra manera de pensar y de decidir qué ideas tenemos que seguir en nuestra vida. Podemos controlar nuestro pensamiento. Y creo que es un logro bastante importante. Ante una pérdida de trabajo, ante una muerte, ante un accidente donde podemos perder algún miembro u órgano de nuestro cuerpo podemos tener la capacidad de elegir como vivir esa situación. Hay quien decide vivírla lamentándose, hay que se la toma como una oportunidad para vivir algo nuevo y hay quien no piensa y simplemente la vive con la mayor indiferencia, aunque sea difícil vivir de ésta manera.
Querer controlarlo todo, además de no poder conseguirlo siempre, conlleva un riesgo que es el que no te permite ser feliz, el riesgo de vivir bajo la obsesión de controlar todo, incluso la vida de los demás. Esta obsesión lleva a un estado de ansiedad y de insatisfacción porque llegan momentos en los que ves de forma clara que no eres capaz de controlar todas las situaciones o persona y ello hace que uno se sienta mal consigo mismo.
¿Qué se esconde debajo del ansia de controlarlo todo? ¿Nuestra inseguridad?
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