Nunca pierde la perspectiva del embrión de su proyecto y es capaz de pararse a pensar que las empresas las hacen las personas, no los números.
Tal ves sea una de las dificultades más importantes en la consecución de los logros: no mantener la perspectiva. Las distracciones, cansancios, falta de concentración y otros motivos pueden ser los responsables de que no mantengamos el foco de nuestros objetivos y metas. ¿Cómo conseguirlo?
- Mantener claro el foco es indispensable. Si no tenemos claro hacia donde ir fácilmente podremos perdernos pues en realidad no sabemos exactamente a donde queremos llegar. La mejor manera de saberlo es coger un papel y una lápiz y ponernos a escribir exactamente aquello que deseamos.
- Visualizarlo también es importante. En la medida en que nos imaginamos los objetivos le vamos dando forma dentro de nosotros mismos. Es como si lo fuéramos tocando, sintiéndolo, viéndolo, haciéndolo parte de nosotros mismos.
- Considerarlo importante, prioritario, esencial en nuestro día a día. Es tenerlo en nuestra agenda, en nuestra mente como algo importante, esencial a realizar.Si es nuestra agenda ocupa un lugar esencial tendremos la certeza de que cada día daremos un paso, al menos, hacia el objetivo.
- Pero las agendas hay que escribirlas, planificarlas. De aquí a donde quiero llegar hay un plan de ruta. Cada paso me acerca al objetivo y cada paso hay que pensarlo, planificarlo y diseñarlo.
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