3/5/12

Momentos de cambio



Vivimos momentos de cambio, momentos en los que la inseguridad parece instalarse en nuestras vidas. La situación económica no es la mejor para todo el mundo. La seguridad en los trabajos parece desaparecer y lo que ha sido un trabajo para toda la vida parece que ya no lo es y de repente te ves en la calle sin trabajo y sin futuro. Las familias no corren mucha seguridad tampoco. Cuando uno se casa parece hacerlo para toda la vida  y un día todo se viene abajo y parece que el sentido de la vida se viene abajo. Los cambios nos asustan, los cambios nos dan inseguridad, los cambio nos hacen sentirnos un tanto perdidos. ¿Tan malo es el cambio?

Cuando experimentamos el cambio en nuestra vida, ¿qué sentimos? ¿Miedo a lo que se nos pueda venir encima? ¿Miedo a no dar la talla ante una situación nueva? ¿Miedo a sentirnos desubicados en la vida?

El miedo al fracaso, al no saber responder a las nuevas circunstancias y a vernos un tanto desnudos ante la realidad me lleva a pensar que el gran miedo es a la propia inseguridad que podemos sentir sobre nosotros mismos. ¿Valemos o no valemos? ¿Ser o no ser?

Todos los cambios que hemos ido sufriendo a través de la vida han sido más o menos dolorosos, pero de todos hemos salido y de todos hemos aprendido algo muy importante: que tenemos la capacidad de adaptarnos a las circunstancias y de que dentro de nosotros se encuentra mucho potencial que generalmente tenemos dentro de nosotros mismos, lo tenemos aletargado y por culpa de algo muy importante: las seguridades que nos buscamos y en las que constantemente nos apoyamos.

La crisis y los cambios nos despiertan; las seguridades nos aletargan y adormecen los talentos que llevamos dentro de nosotros mismos. Todo en la vida tiene su cara y su cruz, su lado constructivo y su lado demoledor. Pero en los cambios hay algo que nos impulsa, el sentido de la supervivencia. Un sentido que genera y desarrolla vida en nosotros. Todo es cuestión de saber aprovecharlo.


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