Estar en el momento adecuado y en el sitio adecuado y darle a la tecla adecuada no es fruto de la casualidad, es el fruto de la continua búsqueda de estrategias. No es cuestión de esperar, sino más bien de buscar los caminos. No es cosa de estar a la expectativa, sino de saber que hacer mientras se espera. Hay que estar vigilante, atento y lleno de astucia en cada momento.
¿Recuerdas aquella historieta en la que alguien que tenía plena fe en Dios se encontró un día en medio de una inundación en la que no tuvo más remedio que subirse al tejado de la casa para poder salvarse? En lo que estaba en el tejado llegó una lancha de la Cruz Roja para rescatarlo y el no quiso subirse. Decía que tenía fe en Dios y que nada le pasaría. Al poco rato pasó otra de Protección Civil que le sugerían que subiera pues las aguas iban creciendo cada vez más. Pero tanta era la fe de él que nuevamente desistió aludiendo de que Dios le salvaría. Poco tiempo quedaba y llegó otra lancha con soldados del ejercito. Fiel a su profunda fe en Dios decidió quedarse allí hasta que las aguas se lo llevaron. Una vez en el cielo se quejaba ante el padre celestial: Oh Padre Santo, tuve en fe en ti, esperaba que vinieras a salvarme y me has dejado morir. Dios simplemente respondió: Y así lo hice. Te envié a la Cruz Roja y los desechaste, a Protección Civil y los desechaste, al Ejército y los desechaste.....
La vida y el éxito no es estar simplemente a la expectativa, es saber tomar decisiones, buscar las estrategias, encontrar los caminos, por difíciles que sean, de saber tomar decisiones que te conduzcan a ir cumpliendo objetivos paso a paso.
No es cuestión de lo que la vida me da o pueda darme, sino más bien de lo que yo estoy dispuesto de darle a la vida, a los demás. Y para ello nada mejor que dar lo que hay dentro de uno mismo, al punto que dando no te queda otra que desarrollar cada vez más lo que hay dentro mi.
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