¿Has escrito alguna vez algo? ¿Qué sensaciones has tenido? Si no lo has hecho, haz la prueba. Resulta una tarea muy interesante por muy dura que pueda parecer.
- Si escribimos, por ejemplo, nuestras metas estamos utilizando por una parte varios sentidos: la vista pues tenemos que ver lo que escribimos y el tacto, pues manejamos la pluma, el lápiz o el bolígrafo. Dicen los psicólogos que cuantos más sentidos se utilicen en una actividad más grabada queda dentro de nuestra memoria. Imagínate si escribes y al mismo tiempo lo lees en voz alta.
- Si escribimos nos obligamos a ser más precisos y concretos en nuestros pensamientos. Si las palabras se las lleva el viento y el papel todo lo aguanta, al escribir estamos haciendo que nuestros propósitos queden grabados en algún sitio y no se los lleve el tiempo.
- Si escribimos y al mismo tiempo se nos ocurre leer lo escrito poco después, y al día siguiente o a la semana nos quedaremos sorprendidos de lo que hemos escrito, de los sentimientos que mostramos, de las posibles incongruencias y de los compromisos a los que queremos lanzarnos.
- Al escribir hacemos que nuestra vida, nuestros sueños, ilusiones y metas se conviertan en algo serio y con una tendencia a ser más profundo.
- Escribe tus metas, tus sueños, tus ilusiones. Adórnalas y verás como al escribir no solamente concretizas, sino que te automotivas.
- Al escribir utilizamos más el cerebro, sobre todo la parte derecha y desarrollamos mucho más la imaginación.
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