23/11/11

Ingenio, creatividad y cualidades



Hoy fui a un centro comercial a comprar algo que necesitábamos en casa. Justo a la salida me encontré con el personaje de la foto disfrazado de Bob Esponja. Nada más verlo se lo hice notar a mi hija y nos acercamos hasta él ya que es una gran aficionada a Bob. Le saqué una foto con Bob Esponja y me fijé en un bote que tenía delante de él: Gracias, no tengo trabajo y vivo de este.

La necesidad en estos momentos de crisis hace que nos desesperemos o que tomemos nota de aquello para lo que valemos. Todos servimos para algo. A esta persona se le ocurrió ponerse un disfraz de Bob Esponja, permitir que niños se hagan fotos con él y, de paso, hacer que alguna que otra moneda vaya cayendo en el bote y alimentando las necesidades que se puedan tener.

Si bien ante las necesidades podemos perder el control y desanimarnos hasta el punto de hundirnos en la propia desesperación, también está la otra posibilidad de preguntarse que es lo que hay dentro de uno que puede desarrollar y que puede generar poco a poco un salario, que a veces es muy pero que muy generoso, que ayude a vivir con la dignidad que uno ser merece.

Si bien es cierto que no es normal el optar por este tipo de soluciones también lo es que uno puede hacerse plenamente independiente, libre de jefes, de estructuras y tiene que buscarse la vida con libertad, espontaneidad y entusiasmo.

Nada mejor que bucear dentro de uno mismo y preguntarse que es lo que sabe hacer bien. Tal vez uno sirve para animar fiestas, o se le da de maravilla la cocina. Hay cualidades que utilizamos entre amigos, en familia o a nivel profesional que pueden ayudarnos a potenciar lo que somos como personas. Son cualidades que están adormecidas dentro de nosotros y que hay que despertar. Son los golpes de la vida los que nos despiertan, lo que hacen que busquemos recursos dentro de nosotros mismos. Tan solo hace falta una cosa: tranquilidad, imaginación, autoconocimiento y decisión.


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