Son cuatro los pasos que Osho nos propone para vivir plena y conscientemente el amor en la vida.
El primero es el vivir el aquí y el ahora. El pasado y el futuro pesan y condicionan mucho nuestras vidas. Basamos muchas relaciones y encuentros en experiencias pasadas, sen buenas o malas, y en muchas expectativas de futuro sean halagüeñas o no. Nos olvidamos del presente, de lo que hay, de aceptarlo y de saber sacar lo positivo que hay en ello. Es más, nos damos y damos de nosotros a los demás en la medida en que lo vemos factible, y dejamos de dar o de ser nosotros mismos cuando no lo tenemos claro y dudamos de lo que llevamos dentro.
El segundo paso es la actitud positiva, transformar el veneno en miel. Todos tenemos sentimientos positivos y negativos, sentimientos que nos condicionan y hacen que desarrollemos nuestros instintos básicos de forma nada constructiva y libre. Todos los sentimientos revelan de forma positiva ciertas necesidades, carencias, dependencias y aspectos de nosotros mismos que no logramos apreciar. Conocernos, aceptarnos y sonreirnos a nosotros mismos puede ser el proceso de un cambio y de una experiencia realmente excitante dentro de cada uno de nosotros.
Compartir, el tercer paso, lo positivo es importante. Lo negativo que llevamos dentro también es importante pero lo es para que sólos podamos observarnos y aprender de nosotros mismos y de nuestros sentimientos. Es una manera de ir creciendo personalmente. Pero compartir lo bueno es fundamental. Cuanto más demos y más repartamos, más tendremos dentro de nuestro pozo. Bien dice el dicho que el amor es lo único que al repartir y regalar más crece en uno mismo.
El cuarto paso es el ser uno mismo ante las circunstancias y ante los demás. Somos amor y somos vida y aunque sintamos que no recibimos nada a cambio merece la pensar ir dando y sembrando por doquier siempre uno está en pleno proceso de vivir y dar vida a los demás
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