El ser humano que hace más de aquello
por lo que le pagan,
pronto recibirá más de lo que hace.
(Anónimo)
Antes se hablaba mucho de vocación, y cuando se hacía era para señalar las características positivas de aquellos que vivían su trabajo con pasión al punto que daban mucho de sí sin darse cuenta de que lo que trabajaban o hacían iba mucho más allá de lo que legalmente se le podía pedir.
Dejarse absorber por el trabajo, en el buen sentido de la palabra, conlleva el dedicarle en cuerpo, atención, dedicación y alma lo que éste requiere para no ser uno más, sino ser el mejor en su propio campo. Cuando uno llega a identificarse con el trabajo uno no lo siente como una carga, sino más bien como una extensión de su propia vida. Uno no cae en la rutina, sino que deja florecer grandes cargas de creatividad.
Es por ello que podemos entender la frase de que el trabajo dignifica al hombre, cuando entendemos que a través de éste, nos lanzamos a ser co-creadores de vida, de energía, de positividad y de nuevos recursos.Por el contrario, cuando el trabajo se convierte en obligación o imposición, el tedio y la falta de realización personal hacen mella en la autorealización de las personas.
Es por ello que si vivimos plenamente nuestro trabajo y nuestra vida, éstos nos darán mucho más de lo que posiblemente esperemos.
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