8/11/10

Un pasito para atrás

Cuando uno se ve sumergido en el estrés del trabajo es fácil dejarse llevar por el ritmo frenético de la vida y verse sumergido en situaciones que no es capaz de controlar. Los fallos pueden hacer su aparición uno tras otro. Al menos es lo que me dejaban ver hoy en una reunión de trabajo con una plantilla de trabajadores.

Lo mismo puede suceder cuando uno se deja llevar por las emociones y sentimientos incontrolados cuando existen los malos entendidos. Lo que mal empieza mucho peor puede acabar, como me comentaba hoy también una persona con fuertes problemas en una situación personal que está viviendo. Y comentaba que controlando el tono de voz y manteniéndose como si fuera una tercera persona era capaz de hacer que la otra persona pudiera llegar a controlarse y recapacitar.

Un pasito para atrás en el trabajo, un pasito para atrás en las discusiones, un pasito para atrás para tomarse un respiro, para distanciarse de las situaciones y poder verlas con mayor objetividad y riqueza, algo así como si tuviéramos que apreciar una obra de arte, una gran pintura. Alejarse nos ayuda a ver con más claridad y objetividad, por lo que un pasito hacia atrás se puede convertir en un gran avance y un gran dominio de situaciones que a veces se nos pueden escapar de las manos.

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