Es fácil sentir una sana admiración por ciertas personas que aparecen en nuestra vida. Unos pueden ser populares, aparecer en la prensa en la televisión o en las noticias. Otros, en cambio, son populares pero en círculos mucho más cercanos o íntimos. Admiramos la labora o la vida que lleva pero, por lo general, nos olvidamos de pensar en muchos de los aspectos que han hecho posible que la admiración haya llegado hasta nosotros.
¿Cuánto ha tenido que entrenar un jugador de fútbol, baloncesto, tenis u otro deporte para llegar a la cumbre? ¿Cuánto tiempo ha tenido que dedicar un actor para hacer una buena película? ¿Cuánto tiempo se ha tenido que dedicar para elaborar una buena canción? ¿Cuántos esfuerzos, privaciones o sin sabores habrán tenido que pasar aquellas personas que admiramos por su abnegación hacia los demás?
Detrás de cada vida de éxito hay cantidad de horas dedicadas a aprender hacer y a realizar el camino hacia el éxito. La preparación es el factor clave que lleva a uno hacia la cumbre. Puede ocurrir que un día alguien se levante y encuentre la suerte de cara en la vida, pero detrás de ese día viene otro, y otros más. Preparación, dedicación y competencia para poder ser excelente y lograr lo que uno se propone, bien sea la victoria, bien sea una buena dedicación a los demás, o la consecución de un proyecto que merezca la pena en nuestra vida.
El éxito no llega por casualidad, es fruto de un proceso donde dedicación, preparación, insistencia y buenos hábitos marcan la pauta.
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