Hablaba hace algún tiempo con un empresario que me comentaba que en sus inicios le costaba mucho emprender el negocio. Se encontraba con personas que desconfíaban de su gestión y el negocio no acababa de arrancar. De repente se le atravesó una idea un tanto arriesgada y fue la de comprarse un coche de gama alta, de lujo; un coche que levantará admiración y cierto tipo de envidias; un coche que le diera cierto aire de ejecutivo de éxito. Y así lo hizo.
No tardó una semana en hacer contactos fructíferos. El coche le generaba confianza a él mismo y generaba confianza de los demás hacia él. Poco tiempo después su negocio iba viento en popa y a toda vela. Comenzó a vivir como el gran empresario que quería llegar a ser y se granjeó la aceptación de aquellos que sentía como si nuevo círculo de influencia y de aquellos que acudían a él porque confiaban en los productos que vendía.
El hábito no hace al monje, pero ayuda a hacerlo.
Dicen que fingir ayuda a creerse lo que uno quiere llegar a ser y a desarrollar. Fingir es comenzar a vivir la conducta que quieres tener como habitual en tu vida. Una vez que llegas a creerte tu nuevo papel y te formas en ello, lo demás comienza a venir
2 comentarios:
Muy buenas, eso de comprarse un coche para dar confiaza no seria necesaio si hubiera tenido esa persona la suficiente confianza en si mismo . Si la hubiera tenido, habria desprendido esa energia pero creyó en un facto externo en vez de en el mismo. Tuvo suerte , ya que le dio poder al coche y asi atrajo clientes, pero no creo que ese sea el lema, pues confiar en nosotros y trasmitir eso a los demas es lo que nos hace ser influyentes. Fingir una vida que no tienes, en breves momentos es dvertido pero muy arriesgado si no se pasa a la accion pues se quedaría viviendo en un sueño....
Hola Guacimara:
Gracias por tu comentario. La confianza en uno mismo es importante y desprende la energía que tu dices. Pero en el caso concreto todo lo que formaba parte de la empresa llevaba ya unos meses fucionando y no daba los resultados esperados, es más, estaban muy por debajo de las previsiones.
La autoconfianza era inmensa, y de hecho optó, como medida de marketing el comprar ese coche de alta gama. Nada cambio en los productos ni en la forma de comercializarlos, lo único que cambió fue el coche. Y desde la compra del coche los números subieron.
¿Cuestión de marketing? ¿de autoconfianza? ¿De integrarse dentro del grupo de mercado en el que quería ser reconocido? ¿Cuestión de estrategia?
Recuerdo a alguien que vendía pisos a 116.000€ y no conseguía vender ninguno. El que construyó a su lado los vendía 40.000€ más caros que él y los tenía prácticamente vendidos. Un día decidió subir el precio no 40.000€ sino 50.000€. En tres meses los vendió.
La imagen externa cuenta mucho, no como autoconfianza en sí, sino como quieres percibirte y quieres que te perciban los demás, y sobre todo de crear los hábitos de lo que quieres llegar a hacer en la vida.
Un saludo
Fernando
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