¿Quién no ha entrado en discusión en alguna ocasión? ¿Quién no se ha visto metido en un litigio donde una parte eran miembros de la familia o amigos cercanos a quien hemos tenido que defender, no siempre con mucha razón?
Cuando nos vemos involucrados en toma de decisiones en las que optamos por callarnos la verdad o dejar que siga adelante la injusticia, ¿cómo nos vemos? ¿qué oímos en nuestro interior? ¿cómo nos sentimos? El nivel de congruencia o de incongruencia marca nuestra felicidad o nuestra insatisfacción con nosotros mismos.
Estamos hechos para creer en nosotros mismos, en Jos valores que creemos y profesamos, en las creencias que conforman profundamente nuestra personalidad. Cualquier contradicción con nuestra esencia y nuestra forma de vernos y valorarnos, deja huella. Traicionarnos a nosotros mismos marca cada paso de nuestra propia vida, primero porque perdemos nuestra propia credibilidad y segundo porque nos veremos cómo auténticos cobardes ante nuestra propia, sincera y profunda mirada. ¿Podríamos caminar así por mucho tiempo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario