3/6/10

Todo bajo control



Escuchaba hace un rato a Eduardo Punset decir que una de las claves de la felicidad es el poder tener todo "bajo control". Es curioso, si analizamos nuestra vida a dairio las reacciones que tenemos cuando no controlamos las cosas: nos volvemos irascibles, antipaticos, a veces violentos y muchas reacciones más que dejan ver cierta disconformidad con nosotros mismos y de la relación que mantenemos con el exterior.

Recuerdo que desde el punto de vista biblico, cuando se contaba el relato de la creación y cuando el hombre, Adán, pudo ponerle nombre a los animales, ese simple hecho de nombrar ya le daba cierta autoridad y control sobre ellos.

En experimentos con animales, comentaba Punset, los animales que no controlaban las situaciones tenían un indice menor de expectativas de vida, mientras los que si controlaban vivian más.

¿Puede estar ahí la clave para entender la lucha de poder que muchas veces se entablan entre naciones, entre personas o entre miembros de una misma familia?

Pero hay una pregunta que se me antoja: ¿Necesitamos poder pasa ser? ¿Requerimos del control de las situaciones para sentirnos alguien en la vida? ¿Por qué si no controlo las situaciones me llego a sentir inferior o peor del que si las controla?

Es evidente que la vida hay que vivirla, que las emociones están ahí como parte integral de nuestra vida, ayudándonos a defendernos y a vivir de forma más o menos placentera, saboreando la vida. Pero no deja de ser curioso que el control de las situaciones sea tan determinante en nuestra vida, no tanto por lo que controlemos o dejemos de controlar, que siempre nos habla de más y mejores aptitudes, sino por la repercusión fisica y emocional que tiene en nuestras vidas.

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