7/4/10

Razón y Emoción



El coste emocional en todas nuestras empresas es fuerte al punto de inclinar hacia un lado u otro la balanza de nuestros resultados, bien sea desde el punto de vista económico, social o afectivo.



Leía en uno de los foros hace unos días que tenemos que inclinarnos por el lado del corazón, y sobre todo en una ´poca en la que los corazones pueden hacernos pasar por mal tragos. Además, ¿Qué papel juega la razón o la inteligencia en nuestra vida? ¿Somos solo razón? ¿Somos solo sentimientos? El equilibrio tiene que ser el punto de partida.



Por una parte tenemos la razón, y dicen que ésta nos distingue de los animales. Creo que la capacidad analítica de la persona humana es sumamente importante al punto que puede trazar, borrar, interpretar, abrir o cerrar muchos caminos por los que transitamos. En la razón se fraguan todas nuestras creencias y valores, nuestras ideas sobre la realidad y como vivirla. Nuestra razón es capaz de adivinar y escudriñar lo que hay detrás, encima y debajo de cada sentimiento que se produce en nuestra vida. La razón es esa gran fuente de energía capaz de canalizar y dirigir los pensamientos y los sentimientos sin dejar de darle importancia a toda la vida emocional con la que cargamos y que en muchas ocasiones puede convertirse en un gran lastre dentro de nuestra vida.



Si bien es cierto que las emociones pueden elevar nuestra creatividad, motivación y productividad en grandes escalas, también lo es que las emociones están alimentadas por ideas racionales o irracionales, verdaderas o ficticias, subjetivas u objetivas que pueden lanzarnos o frenarnos en nuestra vida cotidiana.



Emoción y razón, dos compañeras de viaje ineludibles para ir de la mano con ella y permitir que construyan puentes que nos permitan vivir la vida razonablemente en cada orilla, en cada tiempo y en cada situación.

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