En tiempos de crisis hay una buena cantidad de gente que se decide a jugar a los diferentes tipos de loteria que hay intentando que la suerte recaiga sobre uno. La verdad es que muchas veces hacemos depender la suerte de circunstancias externas a nosotros. Es como si la cabeza se nos embotara y no dieramos más de nosotros mísmos y como barca a la deriva y a punto de naufragar intentamos echar fuera de ella los bultos que molestan y quemar así los últimos cartuchos por si suena la flauta.
Es fácil, por otra parte, en tiempos de crisis acudir a regulaciones de empleo, echar el exceso de personal, indemnizarlo y resguardarnos del temporal económico. Otro tanto puede ocurrir a nivel personal o familiar. Quizás nuestros mecanismos de defensa nos llevan a estar en guardia, a defendernos y a huir del peligro. Destruimos empleo, pagamos por ello en vez de utilizar ese dinero en construir nuevas oportunidades.
Pero hay cantidad ingente de personas que en los momentos de crisis han salido al frente, han dado la cara y han buscado alternativas. No se han quedado quietos porque tienen la plena confianza en sus intuiciones, en sus capacidades, en las oportunidades que se ofrecen en los malos tiempos y en las puertas que se abren cuando se cierran otras. Son personas que miran a la vida, no sólo a la crisis o al problema, de forma positiva, no se hunden, sino que aportan valor añadido con su manera de pensar y de actuar.
El éxito no depende de circunstancias externas, sino de lo que yo quiero y deseo hacer en las diferentes circunstancias de la vida. Ante cada situación tenemos la libertad de decidir lo que hacer o como sentirnos: fracasados o llamados al éxito, agachar la cabeza o levantarla y sonreir a la adversidad. Si otros lo han conseguido en esas circunstancias, ¿por qué no yo? ¿Acaso soy diferente? ¿Que má hace igual o diferente a los demás?
Hoy tengo la oportunidad de pararme ante la vida y de poder hablarme a mi mismo y lanzarme un mensaje contundente, positivo, constructivo y esperanzador: "Yo soy el que creo mi éxito, mi destino, mi futuro, mi vida y el que eleige el camino por el que quiero transitar".
Así que toca levantarse y echar a caminar, saborear el camino e ir construyendo paso a paso.
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