Uno puede verse en la encrucijada de la vida cuando quiere alcanzar objetivos y de repente se encuentra con toda una serie de obstáculos: la edad, el ambiente que rodea a uno, la situación finaciera, los miedos, las inseguridades. En éstas situaciones surge una pregunta desde nuestro interior: ¿Realmente puedo?
Simiramos hacia fuera posiblemente se nos quiten las ganas de caminar, de luchar o de intentarlo. Si miramos hacia dentro descubrimos que nuestra mirada está clavada en lo que queremos, nuestra boca se nos hace agua, pero al mismo tiempo hay esa mirada de resignación.
Tengo que seguir preguntándome: ¿Por qué quiero conseguir esto? ¿Qué pasaría si lo consiguiera? ¿Qué cambiaría dentro de mí? ¿Qué supodría tal consecución en mi vida? Mis necesidades marcan aquello por lo que realmente quiero luchar. Y si realmente lo necesito y lo quiero, ¿Qué me detiene? ¿Qué me frena? ¿Qué hace que no de el paso?
Confianza en mi mismo. Sí, confianza en mi mismo es lo que necesito. Confianza en mi mismo y en lo que quiero alcanzar. ¿Y el primer paso? ¿Cuál sería mi primer paso? Mirar hacia lo que quiero tranquilamente, observar el camino a realizar, tener en cuenta los obstáculos a resolver, y buscar soluciones para abrir puertas que se cierran o encontrar otras que se pueden abrir.
La vida está llena de ejemplos de personas que lo han intentado antes que nosotros. El miedo, la inseguridad, la desconfianza nos paraliza. Por el contrario, la ilusión, la fe, la esperanza nos dan alas, nos motivan y nos llenan.
¿Qué hacer? ATREVERSE. Volar.............
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