Una persona lanzaba una pregunta al aire sobre si era malo llorar, pues alguien se lo había dicho. La primera cosa que se me ocurre preguntar es: ¿Por qué puede ser malo llorar? El llanto en un sentimiento por el cual manifestamos:
Amor ante una pérdida.
Dolor ante una herida.
Repugnancia ante una injusticia.
Impotencia ante algo que no sabemos cómo solucionar.
Alegría ante un éxito grande o significativo.
Vulnerabilidad ante un sentimiento herido.
Y así podemos, mediante el llanto expresar muchas cosas más, muchas cosas que manifiestan nuestro lado más humano ante lo que somos o ante lo que representan otras personas para nosotros.
Llorar no sólo es saludable, como medio de desahogo, sino que una manera de manifestar amor hacia nosotros mismos y un amor hacia los demás. Y como manifestación de amor creo que debe de ser manifestada con total libertad. Y llorar también es manifestar los sentimientos, creencias y valores que tengo o que pueden ser vulnerados en mi mismo o en otros.
Pero lo que si es importante es saber porqué lloro. Detrás del llanto hay ideas, creencias, valores, actitudes que intentan decirnos algo: el amor que sentimos, el orgullo herido, el éxito alcanzado, la herida abierta que deja al descubierto mi realidad, mi falta de libertad ante la dependencia que tengo hacia otras persona, el miedo al futuro que se puede cernir sobre mi persona o cualquier otra cosa más.
¿Llorar? Sí, pero también ser plenamente conscientes del porqué llorar. Y cuando lo se, ¿que hago?
Posiblemente seguir llorando y celebrar la alegría, si ésa fuera la causa, o tal vez escuchar la voz interior que me invita a vivir el espíritu de la persona que me ha dejado, o a ser libre ante una dependencia de la que era objeto, o a confiar en mí, en mis posibilidades, en mis talentos y en mis virtudes, ante un futuro incierto que me abraza de forma asustadiza. Detrás del llanto se esconde, en definitiva, la alegría que hay que celebrar o la tristeza ante la cual tenemos que crecer, aún cuando nos pueda parecer injusta.
Llorar, en definitiva, creo que es un sentimiento que tenemos que saber canalizar para crecer como personas.
Ésta persona preguntaba si llorar podía ser una manera de rezar. La oración es poderosa. Pero no hay que olvidar que en la oración encontramos tres componentes importantes:
Pedid y se os dará.En el llanto, de una manera u otra, PEDIMOS.
Buscad y hallareis.
Tocad y se os abrirá.
En la reflexión y apertura a lo que Dios o la Vida quiere decirnos sobre nuestro llanto, REFLEXIONAMOS.
Y cuando después de reflexionar, cesamos de llorar, nos levantamos y ACTUAMOS ante lo que hemos reflexionado y nos ponemos en camino para ser LIBRES en espíritu y verdad, ESTAMOS TOCANDO ante la puerta que Dios nos ha puesto delante.
Una presentación bonita
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