Hay algo que siempre me ha llamado la atención y es el enorme placer y la enorme felicidad que muchas veces uno se encuentra en medio de paises subdesarrollados y la cantidad de gente triste, con procesos de ansiedad y depresiones que nos encontramos en los paises que nos consideramos desarrollados. ¿Por qué será?
A veces he querido creer que la falta de objetivos podía ser la causa de la felicidad de muchos. Al no tener objetivos no tienes expectativas y al no tener expectativas no tienes motivos para estar frustrado. Vives de lo que eres y de lo que tienes. En otras ocasiones he pensado que el problema estaba en querer ser diferente de lo que realmente somos. Adan y Eva, de acuerdo con la mitologia, quería ser dioses, diferentes a lo que eran, aún cuando parecía que en el Paraiso eran felices.
Allá por los años sesesta había una canción, cuando se intentaba exaltar el humanismo y al hombre como centro del universo, que rezaba más o menos así: Yo pensaba que el hombre era grande por su saber, grande por su poder, grande por su valor. Yo pensaba que el hombre era grande y me equivoqué, pues grande es sólo Dios.
A veces en medio del Universo tan grande e ilimitado nosotros , minusculos seres humanos, intentamos ocupar el centro de todo. Y si no lo ocupamos parece que no nos sentimos satisfechos. Necesetiamos ser el centro de todo. Parece que nuestra vida y nuestra autoestíma están en función de la aceptación y de la valoración de los demás.
Y si miramos un poco más de cerca..., ¿qué es lo que nos hace felices? Piensa, piensa un poco y respóndete a ti mismo o a ti misma, qué es aquello que dia a día te hace feliz. ¿Te hace feliz el ver un pequeños o grandes paisajes desde la casa, desde la calle o desde algún sitio? ¿Te hace feliz caminar rápida o lentamente a lo largo de un paseo? ¿Te hace feliz disfrutar haciendo deporte, escuchando música, cocinando, trabajando, viendo fotos, jugando al tenis, viendo películas, estando con amigos o quien sabe como más?
Fijate, cosas simples en las que muchas veces te ves metido y que las disfrutas y en las que el tiempo parece pasar sin molestia alguna. Y tal vez esa sea la felicidad, saber gozar del momento que la vida te pone delante, saber vivir cada circunstancia que se nos presenta en cualquier instante. Vivir, saborear, aprender de cada momento..., ¡esa puede que sea la felicidad!
En momentos que he vivido en las Sierras de Oaxaca, en Mexico, donde ni agua ni luz había, donde los niños jugaban con los juguetes más rudimentarios que había, donde la gente luchaba de frente con la penuria y con la enfermedad siempre veía sonrisas. Vivian de lo que eran y de lo que tenían. Y la sonrisa siempre estaba en sus bocas.
¿Hay diez cosas de las que disfrute realmente a lo largo del dia?
¿Disfruto del despertar? ¿Y de la comida? ¿Y de la gente con la que vivo? ¿Y de la gente con la que trabajo? ¿Y de las cosas que hago dentro y fuera de casa? ¿Y de lo que tengo? ¿Y de lo que soy? ¿Y de lo que me gusta?
Disfruta. La vida es para eso. Brinda por la vida.
Una presentación para reflexionar:
Aprecia la naturaleza, llénate de ella:
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