Me escuchaste,
con tus óídos y con tu mirada
que seguía lentamente mis palabras;
con tu corazón
que en silencio comprendía
lo que yo albergaba dentro de mi.
No enjuiciaste, niaconsejaste, ni interpretaste;
tan sólo escuchaste
y en tu silencio,
respeto y comprensión,
hablaste a lo más profundo de mi corazón.
La comunicación es tal vez es uno de los aspectos más importantes a la hora de caminar y de compartir los valores que queremos alcanzar. Pero al mismo tiempo es uno de los valores más difíciles de desarrollar. Es precisamente la falta de una buena comunicación la que muchas veces arruina todos los objetivos que nos proponemos alcanzar.
El silencio, por paradojico que sea, es uno de los elementos fundamentales de la comunicación. Silencio para escuchar al otro, silencio para entender, silencio para no interpretar, silencio para no juzgar, silencio para no dar lo que no se me pide en ese momento, que tal vez sea, simplemente escuchar. Silencio mental. Dejar a un lado ideas, presunciones, detalles que no vienen a cuenta. Silencio que permite vaciarme de mi mismo para llenarme y, ¿por qué no?, enriquecerme de lo que el otro me está diciendo.
El respeto. No todos partimos del mismo sitio, ni vivimos las mismas circiunstancias, ni tenemos los mismos valores, ni coincidimos en las mismas ideas. Eh ahí una de las grandes riquezas del ser humano y que muchas veces nos cuesta comprender. Los demás son diferenes a mi, y yo diferente a los demás. ¡Qué riqueza! y ¡que grande que los demás me puedan ver a mí también de esta manera! En el respeto no me siento atacado, y por lo cual estoy abierto a poder analizar mi situación y la de los demás de una forma más libre y sin ningún tipo de condicionamiento.
Complementariedad. Todos dependemos, en cierta medida, de todos. Todos nos necesitamos. Nuestra verdad no es la única verdad, o tal vez sea una verdad que unida a la de los demás se convierta en VERDAD. Escuchar es aprender y valorar lo que la otra persona tiene que decir o aportar. Es enriquecerse mutuamente de la experiencia, de los sentimientos, de los valrores y de la vida de otra persona,
Escucha activa. Si el silencio es algo fundamental, la escucha activa entra dentro de éste silencio, con el pequeño espacio donde se da la confianza para poder preguntar en un momento determinado "si lo que estamos escuchando o entendiendo" está en sintonía con lo que realmente se nos está comunicando. Es la confirmación de que estoy entendiendo a mi interlocutor, y la confirmación para éste, de que yo le estoy escuchando, comprendiendo y poniéndome en su piel. Es una manera de mostrar que estamos en el camino de la fusión de sentimientos que se están compartiendo en esos momentos.
Y llegando aquí me pregunto:
¿Quienes son las personas que mejor me escuchan?
¿Cuáles con a las que mejor escucho yo?
¿Mientras escucho soy capaz de mantener el silencio apropiado para no
mezclar el discurso de otra persona con el mio? ¿Soy capaz de guardar el
respetuoso silencio donde prejuicios, juicios, valoraciones, reproches, defensas
y ataques quedan a un lado para centrarme en lo esencial de la escucha?
¿Qué aspectos tengo o me gustaría mejorar en mi comunicación con los
demás?
¿Cuando me he sentido enriquecido por escuchar a alguien?
Tenemos una boca y dos oídos. Dicen que somos así para escuchar más de lo que hablamos. Pues vamos allá................., déjame acabar hoy con una pequeña hsitoria pprotagoznizada por Sócrates, que desarrollaba el arte de la
ESCUCHA:
LAS TRES BARDAS
Un discípulo llegó muy agitado a la casa de sócrates y empezó a hablar de esta manera:
-Maestro, quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia...
Socrates lo interrumpió diciendo:
-¡Espera!¿Ya hiciste pasar a través de las tres bardas lo que me vas a decir? -¿Las tres bardas?
-¡Si!-Replicó.
Sócrates. La primera es la VERDAD...¿Ya examinaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es verdadero en todos sus puntos?
-No...Lo escuché comentar a unos vecinos...
-Pero al menos, lo habrás hecho pasar por la segunda barda que es la BONDAD. Lo que me quieres decir, ¿es por lo menos bueno?
-No, en realidadno; al contrario...
-¡Ah!-interrumpió Sócrates-
Entonces vamos a la última barda, la NECESIDAD.
¿Es necesario que me cuentes eso?
-Para ser sincero,no; no es necesario.
-Entonces-sonrió el sabio-, si no es verdadero,ni bueno, ni necesario... sepultémoslo en el olvido...
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