25/9/13

La importancia de la agenda



Muchas veces nos quejamos de que nos olvidamos de las cosas o que, de repente, nos vemos apagando los fuegos de las cosas que consideramos urgentes. Tal vez porque nunca nos hemos percatado que lo urgente, la mayor parte de las veces, es fruto de no haber acometido lo importante a su debido tiempo. Hay cosas que son importantes y prioritarias, cosas que no deberíamos postergar ni dejar para otras ocasiones. Muchas veces cuando queremos retomarlas es tarde. La agenda es una buena herramienta para que nos ayude a ir tomando consciencia de estas situaciones. Pero también lo es porque no tiene la función de recordatorio, tal vez tiene otra mucha más importante, la de ayudarnos a planificar.

La experiencia me dice que en la medida en la que planifico y lo voy poniendo en la agenda tengo muchas más posibilidades de alcanzar aquello que me propongo. Si la planificación la dejo a merced de la mente es muy fácil que todo se mezcle en ella, no sepa distinguir lo urgente de lo importante, o lo importante de lo que no lo es. Y también es fácil que en medio de todo lo que tengo en la mente algunas cosas se vayan diluyendo en el olvido.

Planificar me ayuda a ser concreto, a ir marcando pasos y pautas, a ir marcando fechas en las que voy a realizar las cosas. Tal vez haya ocasiones que, por las circunstancias, no las llegue a realizar pero estan ahí y de ahí puedo pasarlas al día siguiente o unos pocos días más adelante. Lo importante es ir marcando los pasos y encuadrarlos dentro del tiempo para que no se diluyan.

No hay cosa que de más rabia que ver que otros han hecho lo que tu tenías que haber hecho por ir dejándolo de un día para otro. Sobre todo da rabia cuando tienen unas repercusiones económicas, laborales o incluso familiares. Cuando lo pongo en una agenda y me comprometo con ella se que estoy dando pasos y que detrás de uno siempre vendrá otro. Tienes el sentimiento de que estás en el camino y de que estás avanzando, de que no estás quieto.

Y entre otras cosas hay que decir que planificar nos ayuda a separar el trigo de la paja, lo importante de lo intranscendente. Nos ayuda a poner el ojo, la mente y el corazón en aquello que queremos conseguir.